En mi visita navideña a Madrid no dio tiempo a todo, y una
de las cosas que dejé en el tintero fue ver Magical Girl, la peli de la que tanto se hablaba. Sin embargo, la
intervención de mis amigos ha supuesto un giro argumental que me ha permitido
verla desde D.F.
Excelente película, ha recibido 7 nominaciones a los Goya;
ninguna delas categorías puramente técnicas, pero todas las “grandes” de las
artísticas: mejor película, mejor dirección, mejores interpretaciones
protagonistas, mejor secundario y actor revelación.
La trama es suficientemente enrevesada y las situaciones tan
extremas que resultaría totalmente increíble si no fuera porque el guion funciona como un reloj suizo. Es alucinante
cómo encaja todo sin necesidad de explicar nada; los recursos narrativos que
utiliza son de una eficacia tal que la dirección puede permitirse instalarse en
un minimalismo expresivo que es tremendamente inquietante. Como una explosión
silenciosa que estalla en la cara del espectador.
En el plano interpretativo la peli es de matrícula de honor.
Están de sobresaliente todos los actores; hasta la niña (Alicia, interpretada
por Lucía Pollán), y mira que es
difícil que los niños estén bien en el cine… Magical Girl es un historia
extrema con personajes límite, pero interpretados desde la contención y la cotidianidad,
lo que resulta de lo más veraz y de lo más asfixiante.
Muy bien está Luis Bermejo como padre comprensiblemente desorientado, que despierta compasión y asco por igual.
José Sacristán
hace un trabajo portentoso. Es un grandísimo actor que pasó muchos años sin
hacer cine, refugiado en el teatro, pero que recientemente ha sido “recuperado”,
y que en Magical Girl demuestra toda su autoridad. Es un animal que devora la pantalla.
Bárbara Lennie es
una de mis debilidades cupleteras. Cuando la veo en pantalla suelo sentir la
necesidad de ponerme de pie y aullar a la luna… bueno, y una vez que la vi en
persona a punto estuve también. Bellísima pero con un punto peligroso y turbio
que la hacen tan atractiva como incómoda; da la impresión de ser alguien que
jamás ha perdido un duelo de miradas a los ojos. Ese punto inquietante de la Lennie
la hace perfecta para su papel en Magical Girl. ¡Qué acierto de casting y qué
magnífica interpretación!
Ahora bien, ni todo lo bueno nos gusta, ni todo lo malo nos
repugna, bien lo saben las cadenas de comida basura. En este caso tengo
sentimientos enfrentados: por un lado reconozco la enorme calidad de la
película, pero por otro me parece un sofisticado instrumento de tortura
emocional para el espectador. No pude dejar de mirar pero me sentía francamente
maltratado. Dudo que merezca la pena pasar por eso, la verdad. En muchas
películas lo paso mal, pero si son buenas o si me aportan algo (una reflexión,
un descubrimiento, un aprendizaje…) me compensa cierto grado de sufrimiento. Pero
tengo la impresión de que Magical Girl me ha infringido un dolor intenso y
esteril, y no termino de entender si eso tiene sentido.
Así que Magical Girl es una excelente película que no
volvería a ver por nada del mundo… y sin embargo Jacuzzi al Pasado es una mierda de peli que me vería ahora mismo
otra vez. Extraño, pero nadie dijo que la vida de Cupletero fuera fácil.
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